En el corazón palpitante del
Barrio de Santa Cruz se erige este edificio barroco que exhibe sin pudor
azulejos locales pintados a color, techos mudéjares realizados en maderas
exóticas, frescos de Valdés Leal, el pintor barroco del “Sic transit gloria mundi”,
un retablo abigarrado en pan de oro, una escalera de mareo, un órgano propio de
los ángeles, bellos ejemplares de raros Ficus
superba var. Japonica, esto es magnolios de origen japonés y mucho más…
Origen del Hospital de los Venerables de Sevilla
Estamos a finales del Siglo XVII,
en Sevilla.
Por entonces, la capital es una urbe cosmopolita y contradictoria que lo mismo
levantaba elegantes palacios que daba cabida a pícaros y vividores de media
Europa. Sevilla, puerto hacia Las Indias, congregaba una multitud variopinta
que, a pesar de todo el oro que entraba en su puerto, pugnaba por sobrevivir
muy a duras penas.
Eran sacerdotes sin familia y sin
hacienda, hidalgos sin oficio ni beneficio, viudas desamparadas, huérfanos
abandonados y toda una larga lista de pobres de toda condición social. De entre
ellos, solo los más afortunados lograban hacerse con un débil refugio al calor
de las órdenes religiosas caritativas o de las hermandades.
Aunque estas últimas hoy son solo
conocidas (un poco injustamente) por su aspecto más folclórico, en sus inicios,
realizaban (también lo hacen en la actualidad) una labor social de emergencia.
Proveían de pan, techo, débiles medicamentos, cobijo anímico o misas a buena
parte de los pobres que rondaban por la ciudad.
Una de las más antiguas, la del Silencio, fundada en el siglo XIV y, en
la actualidad, en peregrinación en La
Madrugada de la famosa Semana
Santa de Sevilla, se autoimpone una ingente tarea. Se trataba de
recoger a todos los venerables (léase jubilados y/o ancianos) religiosos que no
tenían amparo familiar y/o de hacienda. Nace así el Hospital de los Venerables
Sacerdotes de Sevilla.
Arquitectura barroca en pleno Barrio de Santa Cruz
Y la Real Hermandad, como era
común también entonces, realiza su obra de caridad por todo lo grande. Nada de
tiendas de campaña o de humildes viviendas con servicio de apoyo. Levanta un
impresionante edificio a corta distancia de El Alcázar de Sevilla y a dos pasos literales del Callejón del
Agua. Ejecutado al estilo de las casas palacio de la capital, se estructura
alrededor de un original patio que se vehicula hacia abajo. Me explico. Hay una
fuente de inspiración árabe en el centro a la que se accede bajando unos
escalones.
El lugar que se puede visitar sin
más como otro espacio monumental de la capital, es sede de la Fundación Focus
Abengoa. Aquí se realizan exposiciones de calado que llegan a generar colas que
dan vueltas a medio Barrio de Santa Cruz. A pesar de los años (más de diez si
la memoria no me falla), aún tenemos algunos sevillanos en la retina los
hermosos cuadros de Caravaggio que estuvieron en boca de todos (por
excepcionales) durante un tiempo. Eso
que recuerde por magnífico, pero casi siempre hay algo interesante.
En este sentido, hay que estar
atentos también a la programación de los Conciertos
Magistrales (en febrero, mayo y noviembre). Los viajeros más sibaritas
tienen que anotarse una fecha: 30 de mayo (de cualquier año), festividad de San
Fernando, patrón de Sevilla.
Este día la fundación y el antiguo hospital ponen lo mejor de sí mismo. Y que
no te quepa duda de que es muchísimo.
No te olvides, viajero, si vas
desde la Catedral hacia los Jardines de Murillo para ver la estatua de Don Juan
de hacer una obligada parada en este venerable hospital. Es un emplazamiento
que en un viaje a Sevilla no te puedes perder.
¿Has estado? ¿Piensas viajar a
Sevilla? Nada más nos gustaría que dejaras tus comentarios en la casilla
habilitada para ti.
Lugares de Sevilla (o muy cerca) que no te puedes perder:
- Plaza de España y Parque de María Luisa
- Itálica, la ciudad romana de Andalucía
- El Monasterio de San Isidoro del Campo
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